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viernes, 10 de septiembre de 2010

Capítulo 2 "A Stranger In My Home"

"No te canses de ser libre, sueña, canta,vive, ama, sonríe y no pares de volar".

...



Me alisé la camiseta gigante de Los Lakers que llevaba puesta, bajé las escaleras y miré por la mirilla para saber quién era.
Vi que era un hombre, moreno, alto, delgado y de pelo corto, parecía que se le había estropeado el coche, decidí ir a ayudarle, me recogí el pelo con una pinza y salí.

-Disculpe,¿necesita ayuda?-pregunté y el extraño se giró, tenía unos ojos azules impresionantes y parecía joven.

-Sí, se me ha estropeado este cacharro que tengo por coche-dijo dándole una ligera patada al parachoques de su coche.

-Y ¿qué ha pasado?-volví a preguntar.

-Pues que ha hecho un ruido muy raro y se ha parado aquí, lo peor es que estoy muy lejos de casa-contestó revolviéndose su cabello negro.

Yo sabía de sobra que no había que fiarse de un extraño, aunque fuese tan guapo cómo él, pero estaba lejos de su casa y no tenía ningún medio de transporte, no me lo pensé dos veces, le ofrecí que se quedase a dormir esa noche en el sofá, era un poco incómodo pero era el único sitio libre que quedaba, él se negó varias veces pero al final, después de insistir, se quedó, pero dijo que se iría a primera hora de la mañana para no molestar, ya eran las doce de la noche y yo no podía dormir, me había despejado y me puse a dar vueltas por la casa hasta las una, total, al día siguiente era sábado, no tenía clases, cuando vi que eran las una me fui a dormir.
Y soñé que volaba, muy alto, con Peter Pan y Campanilla a mi lado, fue un sueño precioso, cuando me desperté eran las nueve de la mañana, me duché, vestí y arreglé y bajé al salón, la sorpresa me la llevé cuando vi, que el desconocido estaba aún ahí, dormido, no quise despertarle así que me puse a hacer el desayuno en silencio, cuando me giré para coger los cereales, él se estaba despertando y yo le saludé.

-Buenos días-dije con una animada sonrisa.

-Buenos días, vaya que tarde es, me voy a ir yendo-dijo él mientras se estiraba.

-No...Eem...¿Cómo te llamas?-pregunté un poco tímida.

-David Smith, ¿y tú?-preguntó acercándose.

-Natalie, Natalie Cooper, pero mis amigos me llaman Naty-contesté a la vez que mordía una manzana.

-Encantado Natalie, me tengo que ir, hasta luego-dijo mientras caminaba hacia la puerta.

-No, hombre, te invito a desayunar, venga.

-No tienes por qué tomarte tantas molestias.

-Venga si no es nada-le dije mientras tocaba el taburete-siéntate.

-Vale, pero en cuanto termine de desayunar me voy.

Finalmente se sentó y comenzamos a desayunar, hablamos un poco de todo, en qué trabajamos, qué queríamos hacer cuando fuésemos mayores, una charla entretenida, hasta que llegó Helen y se me quedó mirando con cara rara.

-Hola-saludó Helen-¿puedes venir un momento Naty?

-Claro, un momento David-dije mientras me levantaba e iba hacia Helen.

-¿Quién es?-preguntó entre susurros.

Le expliqué toda la historia y se quedó boquiabierta, Helen era para mí como una hermana mayor, aunque tuviésemos la misma edad y me dijo que se quedase pero que se fuese cuando terminase de desayunar, algo a lo que yo accedí sin rechistar.
Volví a la mesa y David y yo seguimos hablando un buen rato, hasta que...


Capítulo 1 "When You're Lost"

"¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos."


Johann Wolfgang Von Goethe


En los últimos años me di cuenta de que cada persona se hace a sí misma, se moldea y se crea para ser lo más perfecto posible, cada uno tiene su perspectiva de la perfección.
A pesar de tener veintitrés años siempre creí en las hadas, en Peter Pan, y en el País de Nunca Jamás, en resumen, creía en la magia, creía que todo tenía su explicación mágica, para mí todo era mágico, todo era especial, vivía cada momento cómo si fuese el último, lo vivía todo con inocencia y moral y cómo si solamente tuviera cinco años, era muy infantil; me gustaba jugar con mis sobrinos cómo si fuese una de ellos y me encantaba, me gustaba leer, de todo, pero sobretodo libros con dibujos que hiciesen volar mi imaginación y que me transportasen a lugares bellos, lagos hermosos, bosques con misterio y castillos encantados. Seguía viendo dibujos animados en la televisión y aún conservaba aquél viejo reproductor de vídeo VHS y las antiguas películas de Disney, mi madre compró ese vídeo cuando yo tenía seis años, mi vida fue feliz, tuve una infancia muy alegre, sacaba buenas notas y me divertía mucho, mis padres estaban orgullosos de mí y de mi hermano, éramos gemelos. También me gustaba la buena música, era lo que más me gustaba, mi pasión, por eso tocaba el piano desde pequeña.


Era el año 1986, 23 años vividos felizmente, había crecido en Nueva York, pero estaba realizando los estudios de arquitectura en Los Ángeles, había hecho varias amigas en la universidad, tres en concreto, Lucy, Daniella y Helen, al llamarme yo Natalie ellas siempre me decían Naty, y con ese nombre me quedé, Naty.
Lucy era una gran chica, muy guapa, de grandes ojos azul turquesa y pelo negro carbón, alta y delgada, sin duda, una belleza, Daniella, sin embargo, era más corriente, de pelo castaño con rizos que le caían en cascada y ojos marrones claros, casi dorados, preciosos, un poco bajita, pero sin ser gruesa, aunque pesaba un poco más que Lucy, Helen, ¿qué decir de Helen? otra chica de ojos bonitos, aunque, escondido tras esas gafas, tenía una preciosa sonrisa y el pelo corto, todas muy buenas chicas sin duda, podía contárselo todo, y me apoyaban en todo, me aconsejaban bien igual que yo a ella, por cierto, olvidaba describirme a mí, ¡qué despiste!, pues yo era una chica delgada, de pelo largo y liso pelirrojo oscuro y ojos verde esmeralda, con algunas pequeñas pecas sobre mi nariz fina, pequeña y puntiaguda, siempre me decían que tenían nariz de duende, lo cual me encantaba.


Me faltaba tan sólo un mes para graduarme en la Universidad de California, un sólo mes para terminar por fin mis estudios y ponerme a trabajar tranquilamente, a diseñar casa, edificios y monumentos, aunque cada una de nostras estudiase una carrera distinta, seguiríamos viéndonos, ya que nos encantaba salir de compras o ir a la playa juntas, era muy divertido, además, estábamos en la flor de la vida, no podíamos perdernos nada.


Aunque ellas tenían novios, siempre nos mantendríamos unidas, la única pega que me ponían es que yo no tenía novio, eso no me interesaba en absoluto, había tenido, sí, pero ahora quería estar sola y disfrutar, viajar y conocer lugares, no quería atarme a nadie aún. 


Por cierto, me salté un detalle, vivíamos juntas en una casa junto a la playa.


1 de Mayo de 1986 7:00 AM:


-¡Despierta!-me gritó Lucy mientras me daba con un cojín-¡Vamos despierta!.


-¡Ah! ¿¡Se puede saber qué pasa!?-le grité enfadada.


-¡Son las siete!-gritó intentando ser obvia.


-¡No!¡Vamos a llegar tarde!-grité levantándome de un salto-¡Arriba chicas, llegamos tarde!


Las chicas se levantaron alteradas, porque íbamos a llegar tarde a la Universidad, nos turnamos rápidamente para entrar a los baños, nos arreglamos, vestimos y maquillamos rápidamente y cogimos el coche, teníamos suerte de tener la Universidad casi al lado, pero eran muy estrictos con el horario, si llegabas tarde dos minutos, sólo dos minutos, no dabas la clase.
Llegamos justo a tiempo, cada una se fue a sus respectivas clases y nos vimos en la pausa, salimos a comer e hicimos planes para esa tarde, aunque estábamos algo atareadas con los exámenes finales.
Las clases transcurrieron normalmente, sin problemas.
Volvimos a casa, estudiamos y de repente se oyó fuera de casa cómo aparcaba un coche.
¿Quién sería?













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